viernes, 29 de abril de 2016

“La Manzanita” Autor: Julio Garmendia.

 Julio Garmendia.

Escritor Julio Garmendia, nace en la hacienda «El Molino» de la ciudad del Tocuyo, estado Lara, el 9 de enero de 1898. A los 17 años, comienza una intensa labor como periodista en el diario El Universal y en distintas revistas de su época, al tiempo que participa activamente en los círculos intelectuales de la ciudad. Fue uno de los alumnos fundadores del Colegio La Salle.
En 1923 se traslada a Europa, y fija residencia en Roma, luego en París y más tarde en Génova. Allí ejerce el cargo de cónsul de Venezuela. Durante su estadía en esta ciudad, publica su primer libro, La tienda de muñecos, en 1927. De lo que no hay duda es que el libro representa una transgresión en la corriente literaria predominante en el país, que aún se encontraba muy apegada a las formas y temáticas propias del criollismo y modernismo.
En 1973 obtuvo el Premio Nacional de Literatura (Venezuela), en 1976 le es otorgado la medalla Honor al Mérito. Julio Garmendia muere en Caracas el 8 de julio de 1977 contaba con 79 años de edad.
OBRA LITERARIA:
La tienda de muñecos (1927), La tuna de oro (1951), La hoja que no había caído (1986): en este volumen póstumo se recogen sus cuentos inéditos. El médico de los muertos, Difunto yo, El Gato de los delgados, La Hija de la mafia, Manzanita, Las dos Chelitas. [1]

“MANZANITA”
Autor: Julio Garmendia.

En una frutería, donde los alimentos cobran vida, se encontraba una Manzana muy feliz,  todo iba bien hasta que llegan unas manzanas del norte. Manzanita, está cansada que la menosprecien, llora haciendo que sus vecinos se preocupen por ella pero no le preguntan nada por discreción. Manzanita decía que esas manzanas del Norte, ocupan la atención de todo el mundo, y todos las encuentran muy de su gusto.
Manzanita le cuenta al Sr. Coco la desgracia que está viviendo, al ver que no sabía cómo calmar a la manzanita, una de sus vecinas la Sra. Lechosa se acerca a ella muy maternal a consolarla. Muchas de las frutas que se encontraban en el lugar no compartían el dolor que sentía manzanita. O que hace que suceda una pelea entre las frutas, ya sea porque una es más amarilla que otra o simplemente de que alguna fruta sea un poco asida.
Al llegar la noche, Manzanita no logro dormir. Hasta la madrugada no pudo cerrar los ojos. De modo que, al amanecer del día siguiente, cuando volvieron a abrir la frutería, dormía aún, y soñaba. Estaba muerta, pensaron las demás frutas. La Manzanita criolla se había muerto de pena y de vergüenza de verse tan chiquita, tan verdecita, acidita y durita.
La echaron al hoyo, cerca de un arroyuelo, sus amigos comenzaron en seguida a echarle tierra encima. Cuando ya estaba totalmente cubierto uno de sus amigos, el Sr. Gusano le comenta que todavía no es hora de morir que esas manzanas del Norte las ha visto mucho por aquí, ya que no resisten al calor y mueren rápido. Manzanita toda ilusionada después de haber odio a su gran amigo, sintió un aire esperanzador y comenzó a escarbar, quitándose toda la tierra que le habían echado encima, logro salir y fue rodando cerró abajo hasta llegar a la frutería, al llegar todos quedaron sorprendidos por ver a Manzanita allá, ella les comento que solamente necesitaba comprobar una sola cosa.  Manzanita estaba llena de miedo y esperanza a la vez, comenzaron a salir manzanas manchadas, o con puntos hundidos y abollados, o ya próximas a descomponerse, tal como le dijo su amigo el Sr. Gusano. Observo como el frutero iba echando en una cesta sus manzanas inservibles. Manzanita estaba ya satisfecha, y en el fondo de su corazón, ya les estaba perdonando su belleza y su atractivo. La alegría de Manzanita estallo al sentirse nuevamente en paz.

Análisis de Manzanita.

Podemos encontrar en este cuento, el narrador omnisciente, que es el que cuenta lo que hacen los personajes, desde una perspectiva suprema, pues conoce lo que sienten y piensan [2]. Por ejemplo: "La llevaban a enterrar. Pero la que más lloraba en el entierro de Manzanita, la que más triste iba, era la misma Manzanita, que se tenía mucha compasión y se daba una gran lástima. El cortejo pasaba por la falda del cerro, y estaban presentes las frutas más importantes y representativas, todas las grandes frutas. Sólo la señora Patilla, entre éstas, no había podido llegar hasta allí; varias veces lo intentó, pero se vino rodando hasta el pie de la cuesta una y otra vez; allí se quedó al fin, inmóvil, sudorosa, echando la colorada lengua hacia afuera. El lento cortejo subía por la ladera; los pájaros piaban tristemente, siguiéndolo de rama en rama; murmuraban las hojas, alguna se desprendía y venía a posarse en tierra…” [3].
A continuación clasificaremos los personajes, por principal, secundarios y referenciales.
El principal en este caso sería manzanita, el cual ocupa el centro de la acción.  Por ejemplo: “-¡Ay, señora Lechosa! –Gimió Manzanita echándole los brazos al cuello–. ¡Qué desgracia la mía!
—Cálmate, Manzanita, cálmate –le decía maternalmente la Lechosa (que era una señora Lechosa bastante madura y corpulenta).
Volviéndose hacia otro de los vecinos, con los ojos húmedos –tan blanda así era–, preguntó la Lechosa:
—¿Qué me dice usted de esto, señor Aguacate? ¿No comparte el dolor de Manzanita? ¡Usted, que parece una lágrima verde a punto de caer!” [3].
El secundario están, el Sr. Coco, Sra. Lechosa, Sr. Aguacate, la Naranja, Sra. Piña y el Sr. Gusano. Su papel dentro del cuento, son personajes de apoyo para los principales y del desarrollo para el cuento. Por ejemplo: “— ¿De qué te moriste, Manzanita, tú tan dura?
—De dolor, señor Gusano, viendo llegar a esas ricas Manzanas del Norte, y que nadie más sentía gusto por mí –contestó ella–. Ni a los niños, ni a los pajaritos, ni a nadie le gustaba ya, ¿para qué iba a seguir viviendo?
—Mira, Manzanita –le dijo otra vez al oído el gusano–, te voy a dar un consejo. Mejor es que no te mueras todavía. Oye lo que te voy a decir: esas lindas manzanas fácilmente perecen aquí, yo lo sé, y te lo digo porque soy tu viejo amigo y porque somos los dos de aquí del cerro.
La Manzanita vio una lumbre de esperanza en aquello que le decía el gusano. — ¿Y crees tú que se van a morir de verdad esas bichas? –Preguntó con los ojos brillantes. —De seguro que sí, Manzanita. Es el calor lo que las daña –explicó el gusano, con aire entendido y científico.” [3]
Los personajes circunstanciales o complementarios son la Patilla, Sra. Parcha, Sr Mamey, Cambur, Guanábana, Topocho pintón, Pomarrosa,  Nísperos, La Parcha Granadina, la señora Badea, Mamones, Tomates, Manzanitas del Norte, la Granada, Membrillo y  Durazno. Los cuales no tienen participación directa en la trama, sino más bien ayudan a la contextualización de la acción [2]. Por ejemplo: “—¿Qué se habrá creído la Naranja? –Refunfuñó el Cambur–. Nada más que porque es redonda y amarilla, ya se cree el Sol.
Los recursos literarios que contiene el cuento son:
Exageración o hipérbole, es exagerar las cualidades o defectos de una persona, animal u objeto. Puede ser engrandeciendo o empequeñeciendo la característica, virtud, defecto o situación, según sea el caso [2]. Por ejemplo: “—Ya usted se habrá fijado –dijo la Manzanita, conteniendo a duras penas sus sollozos– en lo que está pasando aquí en la frutería. Esas del Norte, ¡esas intrusas! ocupan la atención de todo el mundo, y todos las encuentran muy de su gusto, señor Coco, ¡señor Coooooooco!… –y la pobre Manzanita rompió a llorar a lágrima viva.” [3]
Humanización, este recurso expresivo consiste en atribuir acciones y cualidades propias de los seres humanos a objetos, animales [2]. Ejemplo: “La llevaban a enterrar. Pero la que más lloraba en el entierro de Manzanita, la que más triste iba, era la misma Manzanita, que se tenía mucha compasión y se daba una gran lástima”. [3]
El epíteto es un adjetivo con valor literario, que otorga mayor expresividad a lo que se esta describiendo. Por ejemplo: “Cuando llegaron las grandes, olorosas y sonrosadas manzanas del Norte, la Manzanita criolla se sintió perdida.” [3]
El propósito del cuento es demostrar que todos somos diferentes, cada uno de nosotros es único, tenemos nuestros defectos y virtudes, no debemos compararnos con los demás. Ciertamente una condición humana es el ego, donde todos queremos y necesitamos que nos presten atención, sin embargo no recibirla no debe bajar nuestra autoestima. Tenemos que observarnos a nosotros mismos, estar seguros de los que somos y de lo que vayamos a ser.
Sabemos que es difícil sentir el desprecio que nos causan las personas, tenemos que recordar que ya sea lo que vayas hacer con tu vida, hazlo, sin tener que esperar una aprobación de los demás. Al final lo que realmente importa es que estés conforme contigo mismo.

Bibliografía
[2]Tomado del libro de “Castellano y literatura”. Textos Sashenka García. Editorial: Romor
[3] Tomado del cuento “La Manzanita”. Autor: Julio Garmendia


13 comentarios:

  1. Quería el cuento original NO UN ANALISIS!! GRACIAS!!! >:(

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  2. Solo queria la fecha de publicacion y los personajes 😡😡😡😡😠😠😾😾😾💔👎

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  3. Falta de información, no tiene el tiempo en que se narra, personajes,imágenes sensores entre otros.

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  4. Quería el cuento original 🙄… pero gracias😢

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  5. Quería era los elementos que lo conforman y que tipo de texto era pero q mas gracias

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